Impactos socioeconómicos de la transición climática en el sector carbonífero de Colombia
El segundo módulo del curso “Entendiendo y Manejando la transición climática”, denominado “Gestión de los riesgos de transición climática” se enfoca en brindar casos y estrategias para el manejo de riesgo de transición climática, desde el punto de vista de sector público y sector financiero. El resultado del segundo módulo son los proyectos de manejo de riesgo de transición climática formulados por cada institución pública o privada. Si se identifican oportunidades de trabajo conjunto entre instituciones públicas o incluso público-privadas estas sinergias serán promovidas.
Entre las sesiones brindadas en el segundo módulo se expusieron las múltiples perspectivas de lo que la transición. En primer lugar se establecieron desde la mirada energética desde los sectores de petróleo, gas y carbón y sus posibles alternativas: hidrógeno, energía solar, eólica, entre otras. En segundo lugar, se presentaron los impactos socioeconómicos del riesgo de transición climática en el sector carbonífero de Colombia, seguido por la sesión de las estrategias de divulgación financiera para gestionar el RTC.
Específicamente, se resalta la segunda sesión, que fue desarrollada el 28 y 29 de octubre, donde el profesor Andrés Álvarez, en colaboración con su asistente de investigación, desarrollaron un trabajo de campo previo a la sesión, donde se recopilaron testimonios de diferentes grupos de interés en los departamentos del Cesar, la Guajira, y Boyacá. Las entrevistas fueron realizadas a directivos y trabajadores de las minas, trabajadores de las regiones, alcaldías, entre otras personas de interés.
Los videos pueden revisarlos a través del siguiente link:
Estos testimonios aportan a ilustrar los impactos de la transición en regiones descentralizadas a del país, enfatizando en la necesidad de prepararse, en especial teniendo en cuenta estas dos miradas que nos provee el curso: Por un lado, los compromisos realizados en los NDC, donde el país establece que reducirá sus emisiones GEI en un 51% para el 2030, y promoverá una transición energética a una economía baja en carbono. Por el otro lado, está la mirada de los individuos en estas regiones carboníferas, tanto territoriales como locales, donde no se considera que el carbón será una de las fuentes energéticas que se reducirán en un futuro cercano o lejano, y se le considera motor de trabajo y capital para los trabajadores involucrados.
Ahora bien, la respuesta no es una desinversión total en el sector carbonífero ni tampoco lo es el aumento de producción de carbón. Es necesario que la acción colectiva entre sector público, privado y academia trabaje en pro de generar planes de transición energética que incluyan aspectos como la reconversión laboral, la obsolescencia de activos, entre otros factores que afectarán a estas poblaciones. Solo a través de una transición ordenada y justa para todos los actores, se mitigarán los impactos socioeconómicos que esta transformación a una economía baja en carbono acarrea.